domingo, julio 01, 2007

Competitividad cruzada: Maiz vs Soja, Argentina vs USA 4) Explicación y conclusiones

En el artículo anterior vimos la principal causa por la que le estamos ganando a USA la competencia de la soja. Ante productividad parecida, compensamos nuestra mayor lejanía de los centros de consumo con un mayor porcentaje de exportación industrializada(80% en Argentina contra 26% en Estados Unidos, como muestra el cuadro:


Argentina tiene solo el 11% del mercado mundial de soja grano sin industrializar, pero domina el 47% del mercado mundial de harinas proteicas de soja, y el 57% del mercado de aceite de soja.
Además de eso tenemos mejor economía de escala, compensamos una menor maquinización con la eficiencia del sistema de contratistas; gracias a un error de Monsanto no pagamos el tech-fee por la soja transgénica, todo esto genera, por el momento, una mayor competitividad de la soja argentina.
En el maíz el panorama es mucho más espinoso. No debería sorprendernos que Argentina incremente su producción en años de buenos precios como éste, pero dada la brecha en productividad y costos, ante una superproducción que baje los precios nos pintarían la cara, máxime teniendo en cuenta el sistema de precios mínimos garantizados en Estados Unidos.
En el post anterior vimos un gráfico con los rindes comparados en Argentina y USA, estoy convencido que las políticas antiagrarias han jugado un papel fundamental en este atraso, y las políticas neutras con el agro un rol importante en la recuperación.
El maíz necesita para lograr alta productividad mayor cantidad de fertilizantes que la soja. Durante décadas las políticas de tipo de cambio diferencial han ocasionado que los fertilizantes nitrogenados costaran en la Argentina más del doble de kilogramos de maíz que en Estados Unidos. Con los costos de transporte, y el costo de la energía necesaria para el secado del grano sucedió lo mismo. Esto causa que las zonas que cosechan con alta humedad, o no estan aledañas a los puertos queden fuera de mercado ni bien el precio de maíz disminuye.
Por eso, y por otras razones que explicaré después, recién se empezó a fertilizar generalizadamente el maíz hacia mediados de la década del 90.
Hubo otra razón. El divorcio de los precios internacionales, y el retraso en investigación genética, ocasionó que en el momento de mayor desfasaje en produdcción relativa por hectárea(1960-1990, como vemos en este gráfico), se consolidara un paradigma de producción distinto al americano: Híbridos dobles colorado duros sin fertilizacíon nitrogenada en Argentina, contra Híbridos simples dentados con abundante fertilización en Estados Unidos.
La lucha por cambiar este paradigma empezó a mediados de los 80(y debo decir, que yo mismo aporté algún granito de arena). Los híbridos simples tenían semilla más cara y se suponía que resistían menos la sequía, el maíz dentado no se iba a poder exportar a nuestros mercados, y la fertilización nitrogenada era contraproducente ante las frecuentes sequías en el período crítico del cultivo. Costó una década abandonar estos prejuicios, que demostraron, salvo el mayor precio de la semilla, ser completamente falsos. La adopción de la siembra directa hizo más eficiente el uso del agua, los híbridos simples semidentados(creados con investigación local) se adaptaron a la zona núcleo maicera y a otras áreas de cultivo, y se demostró que, dadas las dos condiciones anteriores, la respuesta a los fertilizantes era económicamente viable.
Sin embargo, ahora que estamos por alcanzar una cosecha record, y se vislumbra una aún mayor en el 2008, hay nubarrones en el horizonte. Los tipos de cambio netos diferenciales entre el maíz y los fertilizantes determinan una relación insumo/producto desventajosa respecto a nuestro competidor, hoy tapada por los altos precios que trajo la movida bioetanol en Estados Unidos. Este problema nos va a golpear cuando los americanos se lancen a recuperar el mercado que perdieron al aumentar su consumo, y se puede repetir el estancamiento que sufrimos entre 1999 y 2005.
El verdadero granero del mundo es Estados Unidos, y dificilmente podamos competir con ellos si el estado argentino nos ata una mano a la espalda, por puros prejuicios ideológicos, y por codicia de otros sectores de nuestra economía.

6 comentarios:

Artemio López dijo...

Muy buen post (los 2 de la serie)Pero a ver si entendí ...cuando la cosa no anda hay "politicas anti agro", cuando la cosa camina hay "políticas neutras". Una Chicana?.
salu2!

Anónimo dijo...

Habría que ver cuánto se la bancan los suelos sin rotación de cultivos en esta carrera sojera.
Aumentamos la exportación, dominamos nichos-segmentos ¿pero a qué precio?

La soja es pan para hoy, hambre para mañana.


EV

Anónimo dijo...

Ojo, por la plata baila el mono y despues ?
Erosión................

Mariano T. dijo...

Es mucho más complicado que eso Artemio: Estan los precios externos, las políticas locales con sus efectos en corto y largo plazo, etc.
Pero en general llamo política antiagro a la discriminativa en contra, neutral todos sabemos que es (Australia, Uruguay, Canadá, Argentina en los 90), y pro agro sería la política de Europa o USA, o hasta Brasil que tiene un pequeño sesgo que lo saca de la neutralidad.
EV: Para lograr las rotaciones tan necesarias prendámosle una vela al maíz y al trigo.

Anónimo dijo...

si observamos como se estan ocupando los campos con soja y como se está desplazando tanto a la ganadería como a otros cerealesy además se está utilizando para exportación con este ema del biodisel, y teniendo en cuenta que se están explotando los campos progresivamente y se están deteriorando los suelos quedando ´´infertilizados´´, podemos darnos la idea del desierto que sde viene y el hambre q se encima.

estoy de acuerdo con EV.
julieta

Mariano T. dijo...

Lo que puede ser perjudicial es el monocultivo de soja, y no en rotación con maíz, sorgo y trigo.
Y aún así, la soja en siembra directa es menos perjudicial que el girasol o el algodón en siembra convencional, o aún cualquier tipo de agricultura como se hacía hace 30 años, o se sigue haciendo en buena parte del mundo.
En cuanto a su exportación, no veo nada de malo, Argentina tiene que exportar la mayor parte de lo que produce el campo, lo ha hecho toda la vida, exportar A, B o C es cuestión de mercado.