lunes, octubre 21, 2013

Cuando importa más el relato que la gente

En Julio dije que el trigo panificable difícilmente alcanzaría para empalmar con la nueva cosecha. Hoy vemos que es un hecho. PRÁCTICAMENTE NO EXISTE ESA MERCADERÍA.
 Unos días después  comparé una serie de precios relativos, y escribí que el precio interno de alrededor de $ 3000 por tonelada que regía en ese momento permitía perfectamente importar trigo desde el Este de Europa (Rusia, Ucrania, etc) con un buen margen.
No es el objetivo de esta nota detallar como llegamos a la situación actual, porque ya lo expliqué muchas veces, sinó afirmar que 3 meses después estamos como consumidores en una situación mucho peor, y previsible.
Hoy salió la noticia de que se esta pagando $4.400 la tonelada de trigo($4,40 el kg). Son 756 dólares la tonelada. Me animaría a afirmar que es el mayor precio que se haya visto en cualquier época en cualquier país del mundo. Este precio es más del doble de lo que saldría traer trigo de Canadá, EEUU, o cualquier otro país. El pan acá esta arriba de $ 22 en vez de los $ 18 a los que se vendía en Julio(y los 8$ del año pasado).
Porqué no se ha importado? Qué es lo que ha impedido que el trigo llegue a precio internacional a "la mesa de los argentinos", en vez de costar el doble?
Con solo un millón de toneladas, tal vez bastante menos, que se hubiera importado la oferta estaría en valores normales.
No ha habido ninguna voz del sector productivo pidiendo "protección" ante un eventual trigo importado, como sucedería si en vez de trigo fuera algún bien industrial.
Muchos exportadores y molinos le hicieron llegar a Moreno propuestas de importación desde antes de Junio, cuando el problema no era todavía motivo de alarma pública. La respuesta del secretario Moreno fue "ni en pedo te autorizo" .
O sea que por no darle la razón a Buzzi, o sea "cuidar el relato", los argentinos estamos pagando la harina, el pan, las pizzas, los fideos, galletitas, etc mucho más caro que en cualquier país del mundo. Lo mismo que en 2010 y 2011 cuando se negaron a permitir la importación de carne.
Es el ejemplo más brutal de como "el relato" es mucho más importante que "la mesa de los argentinos", la "soberanía alimentaria", "el bienestar del pueblo" y demás slogans que se agitaban en su momento para intervenir el mercado triguero. Pero nadie come "relato", la gente quiere, y merece, pan a un precio razonable en un país que puede producirlo a uno de los precios más competitivos del mundo.