martes, febrero 21, 2012

Minería y soja. Cuánto participa el Estado en el ingreso?

Se ha escrito mucho sobre cuánto se llevan las compañías mineras, cuánto gastan en el país, y cuánto se lleva el estado (Nacional y provinciales), pero nunca había leído una cifra concreta.
Recién el Domingo veo un número en un artículo en Pagina 12. Menciona un estudio de una consultora sobre un proyecto minero típico. El número es 31% neto para la empresa, 34% de impuestos nacionales y provinciales, y 33% de gastos de explotación. El estado se lleva mas o menos lo mismo que el empresario.
Antes de hacer una comparación con la soja o el maíz, hay que puntualizar que se trata de actividades muy diferentes de la minería. La minería consiste en extraer un mineral preexistente (y no renovable) 100% propiedad del Estado provincial donde se encuentra. Un grano no es preexistente, se produce año a año en un predio privado, y es propiedad del que lo produjo.
En el cuadro se ve la causa de las diferencias entre el valor FOB por tonelada, y el precio que recibe el productor. No solo estan las retenciones, sino que además sobre el precio de mercado interno al productor le descuentan Ingresos Brutos, sellos e impuesto a los débitos bancarios. La diferencia entre el precio FOB menos retenciones, y el precio de mercado se la lleva el exportador. En el caso de la soja vemos que es una cifra razonable, que cubre los gastos de embarque. En maíz, que es un mercado intervenido, lo que se lleva al exportador es un número groseramente mayor, esto se debe a la torpe intervención del estado (ROES, cupos y demás yerbas), que al dificultar el mercado aumentan la ganancia de los exportadores (en maíz sucede lo mismo que en trigo).
 Estos son los costos a nivel de cada establecimiento, para los cultivos de soja y maíz. Se han calculado para los rendimientos normales de ambos cultivos, y también para una situación de sequía en la que se pierde 1/3 del rinde (situación habitual este año). los costos estan calculados para un propietario de superficie entre 500 y 1000 ha, que cosecha seco envía su producción directamente de campo a puerto, sin almacenarla. Los propietarios de menores superficies, los arrendatarios, los que cosechan húmedo o almacenan un tiempo la producción tienen costos mayores.
El siguiente cuadro consigna los ingresos y márgenes  por hectárea del productor en los dos cultivos y en la hipótesis de un año normal y una situación de sequía. Para calcular el impuesto a las ganancias se supone que es una sociedad (35% fijo de las ganancias).
En el siguiente cuadro aparecen las mismas cifras pero expresadas en dólares por cada tonelada producida. Se ve que en los casos de producción disminuída por sequía, apenas se pagan los gastos, aún cuando no hay arrendamiento en el costo.
Como se distribuyen, después de estos datos, los ingresos de la soja y el maíz calculados sobre el precio FOB y como comparan con la minería?


Habíamos dicho que en minería el estado se llevaba más o menos lo mismo que el extractor. Vemos que en agricultura la mordida del estado es mucho más grande, aproximadamente 2,5 veces más que el productor.
En sequía, la diferencia es que los costos aumentan su proporción, disminuyendo tanto los ingresos del productor como los impuestos:
Vemos que en estos casos la tajada del estado aumenta mucho en proporción con la del productor
En una soja disminuida el estado se lleva casi cuatro veces más que el productor. En un maíz afectado, 5 veces más.
Creo que queda claro cuál actividad aporta relativamente más a las arcas del Estado, a pesar de que la lógica indica que debería ser al revés. Pero es un hecho que por su origen geográfico, y su historia personal, los Kirchner siempre han sido afines a las actividades extractivas y de renta mucho más que a las productivas.

PD: A pedido de comentaristas hice otra cuenta. Cuál sería la tasa sobre la ganancia bruta si sumamos los impuestos totales?
Soja 3 tn: 72%   Soja 2 tn 79%  Maiz 9 tn 71% Maiz 6 tn 84%.

miércoles, febrero 15, 2012

El impuesto del Pepe

A fin de año salió aprobado en Uruguay un impuesto a la tierra con capacidad productiva.
Tiene como característica que solo grava a campos de más de 2000 ha. Y tiene una alícuota progresiva de acuerdo al tamaño del campo. Por supuesto hay un índice de corrección de acuerdo a la aptitud de la tierra (allá le dicen índice CONEAT).
La idea es prevenir la concentración de la tierra, pero dudo que tenga algún efecto (negativo o positivo) en ese tema. La tasa es relativamente modesta para tener una incidencia determinante en decisiones de ese tipo, aunque tal vez induzca una división de parcelas entre familiares, o artificialmente entre sociedades (trampita).
Por supuesto las entidades gremiales de productores uruguayas, con predominio absoluto de propietarios, han repudiado este impuesto. Y es lógico, a nadie le gusta que le suban las imposiciones.
Pero si comparamos  con el sistema argentino de retenciones (un impuesto fijo) al producto en vez de a la tierra, el uruguayo presenta características muy interesantes, y para mi muy favorables.
  1. Si de gravar una renta se trata, grava al que recibe esa renta, que es el propietario. Esto ya lo desarrollé hace unos años acá. El impuesto del Pepe grava al dueño de la tierra, que es el único que percibe renta, en vez de gravar la ganancia capitalista del productor, como hacen acá las retenciones.
  2. Estimula la productividad y castiga al dueño de tierra mal explotada. Es una tasa fija por hectárea. Eso es independiente de que el dueño de una hectárea agrícola decida explotarla con vacas, o explotarla mal, o poner un coto de caza para su deleite. Sin duda va a promover que muchos dueños sin vocación o capacidad para la agricultura alquilen su tierra a chacareros uruguayos o argentinos, en vez de subexplotarla.
  3. Premia al productor más eficiente, porque como solo paga un impuesto fijo, al incidencia de éste será menor cuanto mayor sea la producción
  4. No altera la relación insumo/producto, lo que estimula la aplicación de tecnologías más caras, fertilización, reposición de nutrientes, etc. Con el sistema argentino, que disminuye el ingreso por cada unidad adicional producida, son necesarios más kilogramos de producto para poder pagar, por ejemplo. un kg de fertilizante, así que lógicamente significa que se va a usar menos fertilizante, a igualdad de otras condiciones, que en Uruguay.
  5. Es progresivo, de tal manera que puede compensar las ventajas de economía de escala de las mayores superficies, y si se quiere puede tasar en forma progresiva (más que proporcional) a los que más tienen.
La única contra es que una cantidad fija es más gravosa en caso de sequía o cualquier otra calamidad, por eso el productor va a preferir siempre un impuesto a las ganancias.  Pero esto tiene solución con diferimientos, como se hace habitualmente en casos de emrgencia.
En resúmen, puestos a gravar, el sistema oriental es mucho mejor que el argentino.
También el destino de lo recaudado representa otra ventaja para uruguay. Allá se va a destinar en reparar, mejorar y crear estructura de caminos, vías y puertos para mover la producción, o sea que es dinero que vuelve al sistema.
En la Argentina, a pesar de la monstruosidad que se recauda en retenciones, la infraestructura de caminos, puentes y vías férreas que tenemos en la Argentina de los 100 millones de toneladas es menor que la Argentina de las 25 millones de toneladas de la década del 80, y encima mucho más deteriorada. Lo único que mejoró, (los puertos por ejemplo) fue por inversión 100% privada. Podrían devolver en obras algo de lo que se llevan, no?.