Nunca como en las medidas de Noviembre último quedó claro el mero fin recaudatorio de las retenciones.
Salvando las poco convincentes declaraciones sobre
inflación importada o
precios internos, de las que ya nos ocupamos, lo más sincero que escuché es que con estas medidas
llegaríamos a un superavit fiscal del 4% del PBI.Claudio Scaletta es un periodista agropecuario, que usualmente erra bastante cuando no habla de fruticultura. pero que en
esta nota dijo algo que puede calificar bastante la situación actual:
"Una corriente de pensamiento en materia tributaria sostiene que, en el interior de cualquier sociedad, los impuestos expresan las relaciones de poder entre los distintos actores. Si esta afirmación se aproxima a la verdad, la información sobre el aumento de las retenciones conocida esta semana puede ser vista como una de las formas de expresión de esta relación."
El resto de la nota no vale la pena, siguen las mismos cuentitos de siempre, pero esa frase me quedó picando.
No voy a entrar a razonar sobre si ese dinero hacía falta o no, pero la pregunta "Porqué se los sacaron a los chacareros?"queda un poco contestada con esas simples palabras :
"Relaciones de poder"En efecto, si la plata hace falta, podrían haber gravado la renta financiera, o fijarse en los balances record de las industrias vinculadas a los commodities industriales (acero, aluminio, petroquímica), o en la recomposición de márgenes de las industrias alimentarias, etc, etc. Menos mal que también la ligaron los petroleros, sinó las retenciones habrían llegado al 50%.
Pero sabemos que Peirano estuvo donde estuvo por un acuerdo, por suerte efímero, con la UIA.
Y en contraste, hoy los chacareros no tenemos ni siquiera conciencia de nosotros mismos, ni una representación unificada, ni participamos en ninguna acción política o gremial organizada.
Continuamente escucho intentos de dividirnos, ya sea por tamaño, régimen de tenencia, etc, pero a la hora de meternos la mano en el bolsillo somos todos iguales.
Y qué fácil prende el discurso de demonizarnos! Parece que derecha o izquierda son términos que no tienen más que ver con la lucha de clases.
Ahora defender al productor es de derecha, y defender a la UIA y las multinacionales de la Industria es de izquierda.
Sinó esta fundido, el chacarero deja de suscitar conmiseración para pasar a ser un oligarca. El único chacarero bueno es el fundido o muerto, el otro es un avaro o un angurriento.
A nadie le llama la atención los miles de 4 x 4 en Buenos Aires, con señoras llevando los chicos al colegio, pero van al interior y ven las chatas doble cabina y salen los burgueses porteños a pedir que le saquen al chacarero la fuente de tanto derroche.
Nos identifican al toque con la entidad gremial más chica en socios, que es la SRA, para resucitar todos los prejuicios contra los que viajaban a Europa hace 80 años con la vaca para tomar leche fresca. O rescatan apoyos a gobiernos militares como si la UIA fuera inocente al respecto. (olvidándose de quienes daban las listas de delegados obreros para hacer desaparecer).
Cuando les conviene, las otras entidades gremiales agropecuarias, también con imperfecciones, deficiente discurso, y poca prensa, no existen. Si fueran oficialistas estarían todo el tiempo en el candelero, y para demonizar, la Sociedad Rural y sus 1500 socios es la elegida. Como si los chacareros pudiéramos entrar fácilmente en la sede de la calle Florida.
Este, como prometí, es el último post sobre las excusas que nos dan para justificar las retenciones.
Esta excusa es la más difícil de refutar, porque en el fondo es la única sincera.
Hace falta la plata y a alguien hay que sacársela.
Y el más débil, peor organizado, más desunido, el que no tiene voz es el candidato ideal.
Cuanto antes tomemos conciencia de que esto no se termina acá, mejor.