miércoles, diciembre 09, 2015

Los números de la agricultura.Tomo 3 Impuestos

En los posts anteriores, hice los cálculos económicos para los cultivos de la zona Sudeste de Buenos Aires, y el análisis de los números de un caso concreto, que era el de un productor agrícola con 200 ha propias y 300 ha arrendadas, a 150 km del puerto de Quequén.
Todos son números del 1/10/2015, antes de las elecciones.
Ahora quiero analizar rápidamente la incidencia de los impuestos en sus márgenes, y determinar que parte de sus ganacias se la lleva el estado.
En el post anterior hice una diferenciación en dos planes de cultivo del productor. El original, que se basa en la rotación de cultivos y la sustentabilidad, y es el plan más adaptado a la ecología (no a la economía) de la zona.
Eran 130 ha de soja de primera, 70 ha de girasol, 50 ha de maíz, 150 ha de cebada cervecera, 100 de trigo y 250 ha de soja de segundo cultivo.Un total de 750 ha de siembra sobre 500 ha disponibles totales.
En ese esquema podemos decir que prácticamente la ganancia es inexistente. Y sin embargo la cantidad de impuestos pagados es altísima.
Si multiplicamos la producción por el valor FOB,  le quitamos los gastos de embarque, y lo pesificamos a $9,70, llegamos a una facturación teórica potencial de $5.772.000. Cómo se distribuye eso?

Vemos que el productor solo se lleva el 2%, que equivale a menos del 4% sobre costos directos y fijos. Eso equivale a decir que en todos los años con producción menor a la media pierde plata. Sin embargo, los impuestos significan 18 veces más que su ganancia. Y las distorsiones comerciales provocadas o consentidas por el gobierno(sobre todo en maíz y trigo) equivalen al doble de la ganancia del productor.
Si quitamos los costos, para ver como se distribuye el ingreso neto, el resultado es aún más siniestro:

Los impuestos, sumando lo diversos estamentos,(retenciones, nacionales, provinciales y municipales), se llevan el 86%.El productor el 4%, y las distorsiones el resto. Pongámoslo en blanco sobre negro. El productor gasta para producir, y en una economía sin impuestos obtendría 2 millones y medio de pesos ya libres de gastos. De esos 2 millones y medio, solo lo dejan quedar con 95.000. No hay nada más que decir.
Como pueden ver en el post anterior, hicimos un replanteo sobre los números y cambiamos algunas cosas para que el productor no se funda.
Eliminamos totalmente los cultivos de trigo y maíz, dejamos de usar semilla fiscalizada de soja para usar semilla propia, achicamos a la mitad gastos de mantenimiento y gastos de movilidad (ir al campo la mitad que antes). Aumentamos soja de primera y cebada.
Los números mejoraron, se achicaron un poco los gastos, los impuestos no cambiaron, pero lo importante es que al dejar de sembrar cultivos intervenidos por el Estado (trigo y maíz), el productor se apropió de las ganancias extraordinarias de los exportadores e industriales. Se lleva el 5% (en vez del 2) de una producción bruta de 5,6 millones de pesos, similar a la del modelo original.
Si descontamos todos los gastos, se lleva el 12% de los 2,6 millones de pesos que genera después de pagarlos.
Mucho mejor, pero no es satisfactorio para una actividad con tanto riesgo. Lo normal en cualquier negocio es que el Estado, en todas sus formas, no se lleve más del 50%. En nuestro caso se lleva el 86%.
Por eso, como veremos en un próximo post, el productor votó como votó; y la crisis de la agricultura llevó a todo el medio rural(empleados, comerciantes, prestadores de de servicios) a votar como votó.
La reducción de 5 puntos en las retenciones de soja, y la eliminación de las otras, va a permitir una mejor rotación de cultivos, con menos soja y más trigo y maíz, y eso, además de la mayor rentabilidad, le va a dar sustentabilidad económica, financiera y de suelo a la actividad agrícola.

2 comentarios:

Unknown dijo...

te falto decir cuanto de tu produccion vendes en negro

Mariano T. dijo...

En estas circunstancias, con tan pocas ganancias, e impuesto a las ganancias, vender en negro no tiene ninguna incidencia positiva. Vender en negro tiene un descuento importante, que solo se recupera si tenés que pagar mucho impo a las ganancias.
También puede pasar que solo te compren en negro, como sucede a veces con trigo y maíz para el mercado interno. En esos casos puede pasar que el precio en negro, con poquito flete, sea el mejor precio disponible.