martes, marzo 13, 2007

Tecnología, tecnólogos y tecnócratas.

En el post anterior hice referencia a que se había desarrollado en la Argentina, además de una red modular de producción agraria, un sistema tecnológico de producción que se estaba empezando a exportar.
Quién lo desarrolló? Es arduo de contestar, pero la respuesta más adecuada debería ser TODOS.
En un principio se copió mucho de USA, pero en seguida las copias demostraron sus limitaciones. Los propios chacareros tuvieron un rol protagónico, junto con los asesores privados, el INTA(que acaba de cumplir 50 años) y algunas Universidades. También participaron empresas comerciales, a través del desarrollo de productos, los transgénicos y la extensión a campo.
Pero fueron los productores, con el liderazgo de APRESID y AACREA, los que tuvieron siempre la batuta de la innovación, el cambio de paradigmas, y el desarrollo de las tecnologías adaptadas.
El Domingo salió en Pagina 12 las repercusiones de un trabajo del Presidente del INTI, Enrique Martinez, sobre el tema biocombustibles.
Este personaje se había ocupado del agro antes, criticando el boom de la soja, y ahora carga contra los biocombustibles.
Será despecho? porque el INTI fue siempre soslayado en los cambios tecnológicos asociados al agro. Todo el desarrollo de maquinarias tuvo como referente oficial al INTA Castelar, lo mismo que las plantas prototipo de biodiesel. Nunca supe de intervención alguna del INTI en esta materia.
Lo que Martinez critica en el fondo es que sea el mercado, a través de las señales de precios, el que asigne la tierra a los distintos cultivos, y la producción a diferentes destinos.
Pero a nivel global es así. A los americanos se les antoja transformar parte de su cosecha de maíz (son los primeros productores y exportadores del mundo) en bioetanol y eso trae una serie de reacciones en cadena en todo el mundo, que no se pueden evitar(y menos por nosotros en el culo del mundo). Los mexicanos tendrán que pagar más cara su tortilla(salvo que su gobierno las subsidie), alimentar animales para carne o leche saldrá más caro a nivel global, y hasta el trigo para pan o la cebada para cerveza pueden tener cimbronazos.
El balance para la Argentina, contra lo que sostiene Martinez, no podría ser más positivo: Lo que exportamos vale más. No es un tema de nuestra incumbencia el dilema ético de si el cliente extranjero que nos compra maíz lo usa para etanol, polenta, alimento para aves o para rellenar colchones. Y si hay empresarios a los que les cierra transformar el maíz en etanol acá para exportarlo, mejor aún, es valor agregado, como bien retrucara Felisa Miceli.
El dilema energía o alimentos es muy interesante, pero es un tema que se resolverá a nivel global, sin que la posición argentina en la materia tenga mucho peso.
Por otro lado, nos va a venir muy bien para la sustentabilidad de nuestro sistema de producción que se siembre más maíz y menos soja. Es un tema de aportes de residuos de cosecha que mejora la calidad de nuestros suelos ( o evita que empeore). Los cambios de precios relativos que estas movidas acarrean pueden causar algún inconveniente, pero luchar contra la corriente solo puede traernos perjuicios económicos como país, sin ninguna ganancia.
Cavallo hubiese dicho: "Martinez andá a lavar los platos". Yo prefiero recomendarle que deje el agro al INTA y los chacareros, que en materia de tecnología industrial debe haber mucho para trabajar y ocupar sus neuronas.

9 comentarios:

Ulschmidt dijo...

Bien dicho, eso es lo mejor de la suba del maiz: el aporte de fertilidad. Si no aparecía esto, ibamos a hacer agua tarde o temprano.

Daniel dijo...

Mariano: he visto con mucho agrado sus interesantes notas en el blog
Tengo algunos comentarios sobre este post (y también sobre otros que luego le haré llegar). En principio con respecto al artículo de Martínez coincido totalmente con sus apreciaciones. Martínez es un ingeniero que tiene una profunda desconfianza en el sistema de precios.Sus prejuicios le otorgan una grandiosa ineptitud para comprender cómo funcionan los mercados. El artículo que ud. referencia es tremendamente confuso y erróneo.
Le señalo un punto: uno de los argumentos que utiliza es el análisis de “balance de energía”. La idea que plantea es que en términos de balance (entrada/salida de energía) la relación en petróleo es 1/7 , biodiesel 1/3 y etanol 1 o mas (es decir entra mas de lo que sale). Entonces en términos de balance el saldo siempre es negativo y más negativo para los biocombustibles. Esto es cierto desde el punto de vista técnico. Su conclusión es que si exportamos combustibles estamos mal porque mandamos energía fuera de nuestro país (?), si exportamos granos también y si exportamos biocombustibles mucho peor.
Este argumento es tremendamente falaz. El fenómeno que describe ocurre a lo largo y ancho de todo el mundo y no tiene nada que ver con un análisis económico!
Por ejemplo, como Ud. mismo señala en uno de sus posts, para obtener un kg de carne vacuna hacen falta 7 kg de maiz y para obtener 1kg de pollo 2 kg de maíz .
Un kg de maíz aporta unas 3600 calorías, un kg de lomo 1650 y un kg de pollo 1700. Claramente de acuerdo con Martínez producir lomo o pollo es un desperdicio de energía! Tal vez Martínez considere que deberiamos prohibir la producción de carne vacuna y pollo y consumir sólo maiz para hacer un mejor uso de la energía disponible? (uy , cuidado con las ideas…)
El balance energético tiene sentido desde el punto de vista físico, pero para que tenga sentido económico le faltó una parte: los precios relativos. Los precios (es decir, la demanda) son los que justifican la conversión.
Claro, lo que ocurre es que Martínez no cree en el sistema de precios. Ese es el problema.
Es notable esta gente que cree que tiene una concepción moralmente superior de la vida porque cuestionan el sistema de precios y los mercados como mecanismo para la toma de decisiones por parte de los individuos.
Por supuesto con argumentos del tipo “la vida no son sólo los mercados” dicho con voz impostada y cara de preocupación.
Yo agregaría que también es mucho más que el sistema británico de unidades térmicas, que es fantástico para medir energía, pero muy poco práctico y peligroso para que alguien lo use como regla para tomar decisiones sobre la vida de las personas.
Saludos!

Anónimo dijo...

Es eficiente o no? Si no es eficiente, chau. Es sencillo esto.

Anónimo dijo...

No se puede subordinar la eficiencia científica a la monetaria. Si se hace eso se termina mal, muy mal.

Mariano T. dijo...

La eficiencia económica, vía sistema de precios, es lo que me marca que cuando tengo que hacer el asado me camino 4 cuadras para ir a buscar una bolsa de carbón, en vez de quemar el juego de comedor(que está más a mano), más allá de las calorías por gramo específicas de cada material.

Anónimo dijo...

Peor que quemar el juego de comedor es usar tierra y comida para producir energía ineficientemente.

Anónimo dijo...

Usar biocombustibles es como usar algo peor que el carbón para el asado. Nadie haría esto, existiendo el carbón.

Anónimo dijo...

promover indeficiencia en la producción de energía es peligroso para toda la sociedad y el futuro de nuestros propios hijos. ¡el sistema de precios nos va a decir qué es buena ciencia y cuál no!!!. Por favor, no mezclemos las cosas.

Mariano T. dijo...

Los países que estan embarcados en ese negocio son nuestros clientes. Si compran y pagan, que hagan lo que quieran con nuestros productos, no somos quienes para impedirlo. De todos modos nos beneficiamos al bajar la oferta mundial de granos, ya que lo que USA deja de exportar lo exportaremos nosotros.
Por otro lado, tanto el biodiesel como el alcohol de caña son energéticamente eficientes.