Dos noticias de los diarios del fin de semana:
1)
Estamos perdiendo puestos aceleradamente en los rankings de exportadores de carne , tendencia que seguirá hasta que las mismas pierdan relevancia en el mercado.
2) A pesar de eso, hay un problema de oferta para el mercado interno, que se traduce en un alza de precios, y el
lógico desabastecimiento en los sectores del mercado que se ven obligados a vender a los precios oficiales, algo así como la exteriorización de lo que se ve hace dos meses con la poca afluencia al Mercado de Liniers, que también esta obligado a operar a los "precios sugeridos"(aunque te paguen un sobreprecio por baajo de la mesa), mientras la oferta se mueve en ventas directas o en ferias del interior a los precios de mercado, que son un 20% superiores a los que pretende la Secretaría de Comercio.
El año pasado se pudo frenar el sinceramiento del precio de la carne cerrando las exportaciones durante 4 meses. Este año, como veremos más abajo, ya se aplicaron todas las restricciones posibles sin llegar al cierre, y sin embrago el precio sigue buscando su punto de equilibrio por arriba de las expectativas oficiales.
En efecto en 2006 se exportaron, según
datos oficiales, un 27% menos que en 2005; y si vemos los dos primeros meses de este año, se exportó un 33% menos que en los mismos meses de 2006, y un 41% menos que en los mismos meses de 2005.(son comparaciones en toneladas equivalente res con hueso).
Las exportaciones significaron en los dos primeros meses de 2005, 2006 y 2007 el 23%, 20% y 13% de la producción, también
según datos oficiales. Los mismos datos muestran que la faena de hembras en los últimos dos meses ha subido a valores que permiten suponer que se entró en un ciclo de liquidación. También es menor la reposición de verdeos y praderas, lo que lleva a Ignacio Iriarte(un analista ganadero) a suponer que esa superficie
caerá en un millón de hectáreas En 2 años el sector ganadero pasó de la euforia a la desazón, y no es cuestión de precios, que son mayores hoy que en el 2005, sinó de desaliento ante el continuo manoseo del mercado, lo que transmite una gran incertidumbre a mantener las inversiones en un negocio a largo plazo.
El cierre temporario de exportaciones del 2006 fue considerado por el Gobierno como un triunfo, y por los ganaderos como una trompada en la cara. Si lo vemos en términos boxísticos, el efecto fue terrible sobre todo en dos categorías 1) El típico novillo pesado de exportación, que no tiene salida en el mercado interno se derrumbó, lo que arruinó el año a los invernadores que habían comprado terneros caros con otra expectativa 2) La vaca de rechazo, que representa el 25% del ingreso de los críadores, anuló todas las ventajas de haber vendido a buen precio los terneros.
Pero en esta pelea de box, la aparente victoria por KO del año pasado causó que muchos boxeadores "colgaran los guantes", lo que constituye la génesis del faltante actual de carne. Nunca la expresión "victoria pírrica" fue más adecuada.
La disminución de interesados en engordar terneros hizo disminuir un 15% el precio de éstos, y si se siguen restringiendo las exportaciones, el precio de la vaca de rechazo también se va a derrumbar. Esto esta trayendo consecuencias en los dueños de las vacas de cría que se pagarán el año que viene.
Si a Moreno se le ocurre cerrar las exportaciones otra vez este año, ya el efecto va a ser menor que en el 2006. Ha disminuido mucho la exportación de categorías que compiten con el mercado interno, y se demostró el año pasado que los animales de exportación (novillos grandes, que encima hoy escasean, vacas gordas para Rusia y vacas viejas para enlatar) no son del gusto del consumidor argentino.
Siempre el trimestre Febrero-Abril ha sido de mayores precios (junto con Octubre-Diciembre) que el resto del año. Es irracional pensar en un precio de la carne sin variaciones estacionales. Agotado el recurso de cerrar la canilla de la exportación (si no se agota este año, lo hará en el 2008), no quedan herramientas para regular la oferta. La demanda interna sigue en aumento y convalida precios mayores, así que las extorsiones y aprietes cada vez son menos efectivos.
El precio de la carne(por lo menos el mayorista) disminuirá seguramente en un mes o en 40 días, en forma natural, sin que sea necesaria la intervención del Estado.
Yo sugiero que si lo que preocupa es la inflación, es mucho más inocuo jugar con los índices que emperrarse en destruir el negocio ganadero. No es joda, si la cosa sigue así en 2 o 3 años vamos a tener que importar carne, y salvo que subsidien la importación (tipo los pollos de Mazzorin), en ese momento vamos a tener que pagar la carne mucho más cara.
Estoy seguro que es más fácil, más barato y más rápido recuperar la confianza en el INDEC si lo manipulan un poco en el corto plazo, que reconstituir el negocio de la carne una vez que lo destruyan.